New Jersey, EEUU.- Próximamente acompañaré a un grupo de estudiantes en un paseo a Nueva York para ver la obra teatral “En el Tiempo de las Mariposas” en el teatro Repertorio Español.
La obra es una adaptación de la novela del mismo nombre de la autora Julia Álvarez y cuenta la historia de las tres hermanas Mirabal asesinadas bajo las órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo el 25 de Noviembre de 1960.
Patria, Minerva y María Teresa formaron parte junto a sus esposos de la resistencia que por años había luchado en contra de la dictadura. Una dictadura cruel y despiadada que durante 30 años convirtió a la República Dominicana en el negocio personal de Trujillo y su familia y en el triste escenario en el que se representaba su vanidad y egocentrismo.
Enfocada en explicar a mis estudiantes el contexto histórico de estos eventos, me dediqué por varios días a recolectar información gráfica para presentarles de una manera cronológica los hechos.
Fue interesante para mí cuando encontré en línea una gran cantidad de datos y fotografías de la época. Pude crear una concisa presentación digital que tuvo como punto de partida el momento en que Trujillo subió al poder tras un golpe militar al presidente constitucional y cómo aprovechó el ciclón de San Zenón para declarar un estado de emergencia y asumir el control de las instituciones estatales.
Poco a poco y por 30 años, el tirano fue apropiándose de la mayoría de las empresas del país. Para el año 1949 ya tenía el control financiero del 80% de las empresas dominicanas incluyendo la lucrativa producción y exportación de la caña de azúcar. Seguros, pinturas, zapatos, alcohol, todo lo posible e impensable fue tocado por su mano.
Otro aspecto que sobresalió en mi recolección de información fue la inmensurable cantidad de fotografías e imágenes testigos de la ridícula y exagerada exaltación a la figura de Trujillo.
En los desfiles destacaban los letreros de “Viva Trujillo”. En las casas adornaban la sala pósters que decían “Aquí Trujillo es el Jefe”. Su nombre aparecía en estampillas de correo, nombres de calles y puentes. El nombre de Trujillo arropó cada rincón de la República Dominicana de una manera tan nauseabunda que llegó a la ofensa más grande, nombrar la capital de la República como Ciudad Trujillo.
El objetivo de mi presentación no era quedarme en el origen del problema, mi objetivo era explicar cómo estas mujeres, al igual que muchos otros hombres y mujeres de la época, tuvieron la valentía de enfrentarse al tirano. Muchos soportaron tortura y cárcel. Muchos desaparecieron.
Las tres mártires y heroínas perdieron su vida en un atentado despiadado y que apuntaba a Trujillo de una manera tan obvia que sirvió para apagar el oxígeno de su crueldad de una vez y por todas. Varios meses después, Trujillo fue ajusticiado por un grupo de valientes y la dictadura fue decapitada.
Reflexioné entonces que Patria, Minerva y María Teresa Mirabal personifican con su sacrificio la constante perseverancia del espíritu humano. Un espíritu que ha movido la historia a través de las generaciones y ha despertado conciencias e impulsado los grandes cambios en el tiempo.
En los momentos más oscuros, la fuerza de la conciencia colectiva se activa y mantiene encendida la llama de la esperanza ya sea con actos heroicos de desafío a una tiranía o con pequeños actos de generosidad, ética y responsabilidad que reafirman los valores positivos que conforman la sociedad.
No podemos quedarnos estancados en el desánimo. En cada esquina, en cualquier lugar, en una escuela, en una reunión de gerentes, en una sala de prensa, o en un grupo de madres, entre amigos de la universidad o con los compañeros del trabajo, el espíritu que alimenta esa conciencia persevera y supera el temor, el odio, la avaricia y el egoísmo.
A veces toma tiempo y es difícil discernirla entre tanto ruido y las confusas ideas que flotan a nuestro alrededor, pero la decisión correcta está a la mano y muchos la toman cada día.
Creo firmemente en que la perseverancia del espíritu humano nos impulsará hacia adelante como ha ocurrido antes en muchas ocasiones en la historia.
PATRIA, MINERVA Y MARÍA TERESA MIRABAL, Y MUCHOS OTROS A TRAVÉS DE LAS DÉCADAS, SON EL EJEMPLO DEL SACRIFICIO EXTREMO POR UNA CAUSA CORRECTA.
Ellas son el paradigma de los cambios que se pueden lograr y que empiezan con pequeños actos de responsabilidad individual y acción colectiva.
Estos héroes de la historia iluminan el camino a un heroísmo tal vez más mesurado. El heroísmo de luchar contra el odio y las ideas retrógradas. El heroísmo de educarnos sobre lo que es correcto y ejercer nuestra capacidad de análisis ante el bombardeo de mentiras disfrazadas de verdades.
Al volver atrás y mirar a las Mirabal recordé que todos tenemos que agradecer su sacrificio pero también actuar en consecuencia para preservar las libertades por las que ellas y muchos dieron su vida a través de la historia.