Hola!!!, Yo encantada de expresar por esta vía mis comentarios y opiniones. Hace tiempo que estaba deseosa de encontrar el espacio para contarles algunas cositas de las tantas que he podido vivir y las que me faltan. Ay si, porque si no, no tengo felicidad completa. Recuerden que la felicidad está en compartir.
Y bueno, para comenzar les cuento que el pasado martes 19 de marzo disfruté de los Premios Soberano y luego de una alfombra roja llena de glamour, de personalidades bellas (y otras no tan bellas, hay que ser honestos), hubo algo que llamó poderosamente mi atención. Observadora al fin…
Durante el desarrollo de la premiación, noté que la producción hizo mucho énfasis en los valores y la inclusión, pero más que nada en los valores, en esos que nos enseñaron nuestros padres hace unos años y que ahora parecen perdidos.
Lo que no pude entender es por qué, luego de basar un espectáculo que premia el arte y la cultura de nuestra gente en valores, llegamos a un cierre –en mi humilde opinión– totalmente lleno de anti valores con la presentación de dos artistas haciendo alusión, entre otras perlas, a usar la famosa hooka que, por cierto, se acaba de aprobar una ley que la prohíbe.
Ese pequeñito detalle se llevó de encuentro todo el esfuerzo de las instituciones involucradas. Todo lo que promovieron durante el desarrollo del premio no hizo esquina por ninguna parte con el cierre del mismo. !Qué pena!
Creo que la producción de Premios Soberano hizo un castillo de arena muy lindo y al final la bandera que puso en la torre era más grande y pesada. Y me atrevería a asegurar que el golpe se hincha y que las consecuencias están por verse.