San Francisco de Macorís, República Dominicana.– Evelyn Eunice Yege Pereyra es una madre orgullosa. Tiene la satisfacción del deber cumplido al ver a sus hijos decidir su camino con libertad y seguridad.
A pesar del gran desafío, de la dificultad que representa la preservación de las normas familiares enfrentadas a la conducta social, ella lo logró.
Lo hizo porque, primero, siempre tuvo claro que la formación de sus hijos era su prioridad. Todos los demás roles en su vida debieron ajustarse a eso. “Entendí que solo hay una oportunidad y un espacio de breves años para formar a los hijos”, afirma.
Como segundo elemento a resaltar, estableció un sistema de normas de convivencia y régimen de consecuencias del que todos estaban al tanto y conscientes de que la libertad de evadirlas implicaba la responsabilidad de sus consecuencias.
Es más fácil ser permisivo, pero los resultados no son favorables y al final todos sufrimos.
Evelyn Yege
Y en tercer lugar, pero no menos importante, Evelyn cultivó una relación de respeto y apertura en la que conversar con sus hijos, dejarlos que se expresaran y escucharlos, sin prejuicios,fue la clave.
«Aplicaba lo que predicaba, el respeto a la forma de ser individual. Expresar los te amo con acciones es una buena idea», comenta.
Eugenio Vargas y Evelyn Yege.
Respetar la propia dignidad y la de los demás, el adecuado uso del lenguaje para comunicarse, el respeto a la individualidad de las personas, aprender que la independencia y la responsabilidad van de la mano y el respeto por los roles de hijos y padres, fueron los criterios sobre los cuales Evelyn formó a sus hijos.
Contó con el apoyo de su esposo Eugenio Vargas, así como de ambas familias en el proceso.
«Mi esposo y yo siempre tratamos de tener una sola voz frente a los hijos. Conversamos y acordamos previamente nuestras opiniones. Nuestras familias también nos apoyan».
Enfoque y coherencia también fueron sus aliados y hoy puede compartir su experiencia y recomendar a las nóveles madres y a aquellas no tanto, que permitan fluir a su instinto y amor de madre, que no se compliquen la vida tratando de ser la súper mamá frente a ellas mismas y a los demás.
Economista de profesión, con posgrado en Evaluación y Formulación de Proyectos en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), y artista plástica egresada de la Escuela de Bellas Artes, en San Francisco de Macorís, Evelyn se define como una persona serena, que transmite confianza y para quien la maternidad es un privilegio y un don de Dios.
Un don que ella supo honrar al criar seres humanos íntegros, que aportan a la sociedad y por quienes se siente muy querida. Un don que marcó un antes y un después en su vida.
Debido a ello, aprendió a valorar y a amar aún más a su madre, a quien define como una mensajera de paz, una persona muy espiritual, con quien le gusta conversar abiertamente, resaltando además su gran temple en situaciones delicadas y su capacidad de conservar su trato amoroso, pese a las dificultades.
Eunice, Eugenio, Eugenio de Jesús, Evelyn y Gabriela.
Al describir a sus hijos, Eunice, Eugenio de Jesús Vargas Yege y Gabriela Santana Vargas, reconoce su individualidad y su particular manera de expresarse.
“Eunice es organizada, muy centrada. Eugenio es ecuánime, de carácter noble. Gabriela es creativa, muy empática”, asegura, al manifestar que le habría encantado tener más hijos.
“Ahora entiendo que recibí los que necesitaba, cada uno en su tiempo justo”.
Con ellos ha construido una relación sólida en la que nunca faltaron las expresiones de amor y, por tanto, en este día especial para las madres ellos también le expresan su amor con palabras y reconocen su capacidad de amar, de respetar; su serenidad, sensibilidad, creatividad, su firmeza y su compasión, entre muchos otros valores y virtudes.
Eugenio de Jesús Vargas Yege.
“Querida madre, eres la persona con el alma más pura y noble. El arte es tu pasión y así lo transmites en todo momento. Considero que tu mayor virtud es la serenidad, compasión y amor por los demás”, afirma Eugenio.
Gabriela Santana Vargas.
“Mi madre de corazón y de vida. Diferentes como el sol y la luna pero cada una se ama y se permite brillar como es. Ahí está la magia de nuestra relación el saber honrarnos y cuidarnos sin tener que ser iguales. Soy una hija agradecida porque me han amado sin sangre, la sangre ha sido el vínculo, las vivencias las experiencias que hoy nos hacen más unidas que nunca. Espero que Dios le brinde todo lo mejor y yo como hija seguiré esforzándome para hacerla sentir orgullosa y bendecida”, dice Gabriela.
Eunice Vargas Yege.
“Mami posee un alma sensible pero a la misma vez es de opiniones firmes; es sumamente familiar, creativa y detallista. Pienso que su lenguaje del amor principal ha sido crear momentos inolvidables en familia, ya sea por una ocasión especial o algo cotidiano”, expresa Eunice.
Eugenio, Gabriela y Eunice acompañan a Evelyn como ejecutivos de la empresa familiar que preside su esposo, Teleoperadora del Nordeste, Telenord, y de la cual ella es vicepresidenta.
Eugenio es director Administrativo, Gabriela directora Comercial y Eunice desempeña las funciones de directora de Mercadeo y Medios. Trabajar con ellos es un reto continuo y un gran aprendizaje, asevera Evelyn, al indicar que para ello “dejar el rol de madre en casa es fundamental”.