New Jersey, EEUU.- Por años, los residentes del condado Kerr han pedido la instalación de un sistema de alarmas externas para situaciones de emergencia. Las autoridades locales nunca han aprobado este plan con la excusa de que es muy costoso.
El pasado 4 de julio, fuertes lluvias provocaron que el Río Guadalupe aumentara su nivel a 26 pies en menos de 45 minutos. Este río atraviesa este condado que incluye las ciudades de Kerrville, Center Point, Ingram, Hunt, Camp Verde y Mointain Home, en el estado de Texas. El número de muertos ya alcanzó los 119 y al día de hoy hay unas 161 personas desaparecidas.
Aunque en zonas urbanas y ciudades muy pobladas es muy común recibir notificaciones de emergencia en celulares, muchas zonas rurales no cuentan con buena señal para poder recibir estos avisos, de ahí la importancia de estas alarmas.
Analistas del clima expresan que aunque las condiciones climáticas estaban presentes, la falta de alarmas y los recortes de fondos a los departamentos que analizan y predicen el clima son variables que también contribuyeron a la trágica inundación y a la pérdida de tantas vidas.
La decisión del gobierno de cortar fondos y personal del Departamento del Clima y los Océanos, (NOAA) por sus siglas en inglés, y del Departamento de Asistencia Federal durante emergencias, (FEMA) por sus siglas en inglés, es una decisión poco inteligente.
En un reportaje de USA Today el meteorólogo Víctor Murphy de Texas, expresó que aunque no puede afirmar que el recorte de fondos sea la razón del problema, si es un hecho que la oficina de Meteorología de Austin en San Antonio, la cual monitorea el clima en el condado de Kerr tiene actualmente seis posiciones vacantes de veintiséis. Una de estas posiciones es la del coordinador de emergencias. Esta persona sirve de contacto con las autoridades locales en casos de emergencias.
Se podría preguntar a los residentes en muchos de estos municipios y condados en estados del sur y suroeste del país como Florida, las Carolinas, Georgia, Texas, qué opinan ahora de estos recortes. Estos estados apoyaron mayormente a Trump y a su campaña de “eliminación de gastos no necesarios”.
Lo que muchos votantes no llegan a entender hasta cuando es ya muy tarde es que la reducción de gasto federal y estatal en programas de medio ambiente, salud y bienestar social afecta a todas las personas, incluso a familias de ingresos medios y estilo de vida más acomodado. Los millonarios y los funcionarios gubernamentales no tienen que preocuparse cuando llueve, sus casas están construidas en zonas privilegiadas y bien protegidas y puedo apostar que sus seguros de casa están entre los mejores del mercado en caso de emergencias.
Cuando ocurren eventos de esta magnitud y se arriesgan vidas y propiedades, los ciudadanos comunes tenemos más que perder. Es deber del gobierno federal y subsecuentemente de los funcionarios estatales velar por la seguridad de todos con políticas y programas destinados a garantizar la preservación del medio ambiente para las futuras generaciones.
También, tienen que establecer protocolos y destinar fondos para la protección de todos los ciudadanos cuando se enfrentan a desvastadoras circunstancias como la terrible inundación de la semana pasada. Estos son los fondos que Trump ha reducido en NOAA y FEMA.