Santo Domingo, República Dominicana.– Desde niña he escuchado sobre lo dañino que es la sal para la salud.
Muchos médicos limitan su uso a personas que tienen presión alta; sin embargo, quedé muy sorprendida cuando hace años fui a una finca en Rancho Arriba, Bonao y vi a una burra perseguir insistentemente a su dueño para comer granos de sal marina, de sus manos.
Inmediatamente recordé algo que vi de Loli Curto (naturópata con más de 45 años de investigación en el campo de la salud, especializada en cocina macrobiótica, dietética y medicina oriental) referente a la sal.
Ella dice que existen muchas contradicciones, pues hay un 30 a 40 % de médicos que creen que la sal es muy perjudicial para la salud e incluso la prohíben a personas con diversas enfermedades y, por otro lado, otro 45 % afirma que la sal es imprescindible para la salud.
Los dos tienen razón, lo único es que se debe aclarar que están hablando de diferentes sales.
La sal refinada (sal común, a la que se le agrega químicamente yodo o flúor) no es sal propiamente. En realidad es un concentrado de cloruro de sodio al cual le han sacado todos los minerales; y esa es perjudicial para la salud.
Por otra parte, está la sal natural, sal marina que procede de la evaporación de las salinas, que es la que forma el equilibrio iónico de las células y básicamente es un 60% de cloruro y un 40 % de sodio.
El sodio interviene como vehículo en todos los procesos de la naturaleza (en el mundo vegetal, animal y humano); pero jamás se encuentran solo ya que viene acompañado de 88 elementos de la tabla periódica (minerales).
La sal marina natural en granos no lleva anti pernas, antes es preferible sin moler porque los minerales quedan enteros.
La sal natural es la sustancia más alcalina que hay en la naturaleza, es la que modifica el pH.
El tejido intercelular está lleno de sodio que mantiene en perfecta armonía en el interior de la célula y funciona con potasio. Pero hay una compuerta en la membrana celular que abre para que pase el potasio y si ha entrado sodio, sale hacia el líquido extracelular.
La respiración celular se produce cuando el potasio entra o sale de la célula. Siempre en la naturaleza Ying y Yang están juntos, nunca se separan. El sodio está afuera y el potasio dentro, pero la bomba que hace que uno entre y el otro salga es el magnesio.
Como uno de los campos más importantes de la salud, la sal es imprescindible en la respiración. Cuando las personas enferman con deficiencias pulmonares graves hacen una terapia respiratoria con micro partículas de la sal, pues son altamente alcalinas y contrarrestan todas las bacterias, mucosidades y patologías que son ácidas en los pulmones.
Es una maravillosa limpieza profunda del pulmón. Además disminuye los efectos que produce la polución (toda la contaminación que al respirar van produciendo tóxicos) y ayuda a eliminar todos esos tóxicos del pulmón.
Al respirarla los efectos que produce la sal son antiinflamatorios, por lo que se utiliza para muchas enfermedades que causan precisamente inflamación en los pulmones y son causadas muchas por bacterias.
Además, esta sal es antiséptica, que contrarresta cantidades de patologías y reduce la hiperactividad de los bronquios. Si se puede permanecer en esas cuevas de sal al respirarla a nivel medicinal es muy positiva.
La sal también actúa positivamente al controlar y regular todos los fluidos extra celulares del cuerpo. Todas las células flotan en lo que llamamos la piscina líquida; pues ese líquido depende ciento por ciento de la sal.
Asimismo, los fluidos líquidos del cuerpo, como la sangre, lágrimas, sudor.
La sal natural regula, en adición, la presión arterial y el ritmo cardiaco, contrario de lo que se dice (siempre y cuando sea la sal natural) controla en los músculos su capacidad contractiva.
Es muy útil para el cerebro ya que mejora las funciones del sistema nervioso.
La sal de mesa refinada o yodada, en tanto, es el tóxico que más se consume a diario, pese a lo perjudicial que es para la salud.
Lo que la hace bien tóxica es la refinación. Cuando se extrae es sal normal, natural; pero cuando se refina se expone a una temperatura de más de 700 grados y a esa temperatura intervienen una gran cantidad de químicos y tóxicos que destruyen por completo esas micro partículas cristalinas que tiene la sal.
De acuerdo a datos suministrados por la reconocida Loli Curto en un video en el que ofrece detalles sobre este tema, la refinan porque la mayoría de los productos de muchas industrias proceden de la sal. En un 93% la sal va a la industria para utilizarse en la fabricación de papel, detergentes, fertilizantes, armas, pirotecnia, cosmética, todos los químicos de farmacia, cloruro de potasio, el bicarbonato de sodio, entre otros.
El otro 4 % va a parar en uso alimentario, pero en seudo derivados, en productos químicos que se utilizan en esos alimentos ya preparados en forma de conservantes, en forma de antiaglomerantes, los fosfatos y carbonatos, estabilizantes de emulgentes, de espesantes, de potenciadores de los sabores, etcétera, explica Curto.
Al ser sometida la sal natural a una alta temperatura se dividen, y si el cloruro de sodio se va todo para un lado, no es natural y es altamente concentrado.
Ese mismo es el que se envasa y lo consumen como sal de mesa, a la cual le echan bicarbonato sódico para blanquearla. Otro aditivo que lleva es el hidróxido de aluminio.
Eso mismo es lo que se está vendiendo en casi todo el mercado, es 99% de cloruro de sodio y produce problemas graves de salud, porque en la naturaleza el sodio jamás está solo ni concentrado.
Por ese cloruro de sodio altamente concentrado, que se vende como sal de mesa, refinada o yodada, es que los médicos dicen “no comas sal”, eso produce muchas enfermedades porque simplemente eso no es sal natural.
Hay diferentes tipos de sales, entre ellas: Kala namak o sal negra de la India que es una sal sulfurosa y tiene un contenido de magnesio y hierro, y no es tan salada como la sal de mar.
Sal roja de Hawaii, que tiene muy bajo cloruro de 60 a 70, y un 40 a 30 de sodio. Nigari es una sal japonesa y el mejor cloruro de magnesio es el que se desprende de ella.
Aunque unas sales benefician y otras enferman siempre se recomienda moderación y es necesario tener mucha conciencia a la hora de adquirirla para ponerla en sus alimentos.
En tus manos está escoger la sal que más te convenga para tu salud. Infórmate, busca orientación para elegir entre las que estén a tu alcance.
Aquí hay salinas en Baní, Montecristi y Barahona. Además algunas sales especiales como La Rosa del Himalaya se encuentran en grandes supermercados o tiendas naturales orgánicas.
La más conveniente que podemos conseguir en esta media isla es la sal marina en granos sin refinar y trata de echarla en los alimentos cuando apagues el fuego y deja los alimentos tapados algunos minutos, ya que cuando la sal se hierve pierde sus minerales.