Santo Domingo, República Dominicana.- ¿Pitaste, que si pitaste?, Oye que rico mami, Los indiooo, La agarradera, Dominicano hasta la tambora, El carbonero y El pingüino, ya no lo escucharemos en la voz de quien, por 62 años, se mantuvo en el gusto de su público, tanto nacional como internacional.


El pasado miércoles 28 de julio se apagó la llama que mantenía vivo al más alto exponente de la música y la alegría que identifica a los dominicanos. Falleció de  manera súbita, El Caballo Mayor, el Papá del Merengue, Juan de Dios (Johnny) Ventura, dejando una estela de lágrimas y dolor en República Dominicana y el mundo.


Caballo, te fuiste de manera inesperada. La muerte te sorprendió en la provincia de Santiago, a los 81 años, todavía en plena faena de trabajo y realizando un proyecto musical, medioambiental que promociona la preservación del río Yaque.

Una despedida a su altura

Con el decreto 466-21, el presidente Luis Abinader dispuso los días 29, 30 y 31 de julio de duelo nacional, en honor al artista.

Además de cantante, Ventura fue diputado, siendo homenajeado por los diputados y senadores en la Asamblea del Congreso Nacional.

Hombre cercano y de confianza del doctor José Francisco Peña Gómez. Ocupó la sindicatura del Distrito Nacional a la hora del fallecimiento de ese líder histórico.

Allí en la sindicatura, en un acto de cuerpo presente, la actual alcaldesa, Carolina Mejía, anunció que solicitó al Concejo de Regidores para que una de las calles del barrio que vio nacer a Johnny Ventura, Villa Juana, lleve su nombre.

Fue un hombre polifacético, siendo arreglista, compositor, político y defensor de los mejores intereses del país.

Tenía una alta valoración del sentido de la amistad. «Amigo es quien te hace una llamada cuando más lo necesitas para darte un consejo», decía.

En una oportunidad de dificultad para su Patria, participó en una huelga de hambre para que el gobierno de turno soltara a los presos políticos que guardaban prisión en las cárceles dominicanas.

El partido Fuerza del Pueblo, organización en la que militó en los últimos años, lo despidió con flores y una guardia de honor, encabezada por su presidente, Leonel Fernández.

Pero el más grande adiós se lo otorgó su adorado pueblo.

«Johnny Ventura te vamos a extrañar, aquí el pueblo te despide con risas y amargura», cantó Virgilio Peña Suazo, acompañado de la orquesta del Combo Show, que tocó con Ventura durante los más de 60 años de vida artística, en el Palacio de los Deportes.

Allí se le dio el último adiós, antes de hacer un recorrido por Villa Juana, barrio donde se crio.

En este lugar, donde el fenecido merenguero cantó durante años y que llenó a plenitud, habló el presidente Abinader, destacando su trayectoria como hombre decente, ejemplar y amigo.

«Se nos fue parte de nosotros mismos», resaltó el presidente de la República, quien hizo un llamado a la población para que imite las acciones del artista que parió República Dominicana y amado por el mundo.

Con amor, locura y respeto, su pueblo llano le dijo hasta luego al hombre sencillo, alegre y de trato amable.

Una señora, de las miles de personas que fueron al Palacio de los Deportes, manifestó: «Vine a traerle flores, quisiera que fuera un ramo más grande, pero no las pude comprar, las corté del patio de mi casa».

Personalidades del mundo artístico y de la sociedad, de Colombia, Venezuela y de Aruba, con lágrimas en los ojos, le agradecieron a Ventura haber llevado el merengue a su tierra.

Sus compañeros de vida artística y de tarima, tanto del país como del extranjero se unieron al homenaje.


«Estoy aquí, porque yo respeto los rangos. Cuando un general se va, los rasos deben venir a rendirle tributo», enfatizó el puertorriqueño Gilberto Santa Rosa, quien agradeció a Ventura haberlo introducido en el mercado musical de República Dominicana.


«Era el cantante que todos queríamos imitar», agregó.

Huchi Lora, periodista y compositor de algunos de sus temas, dijo que Johnny le dio a su pueblo alegría y luchó por darle derechos. Mientras que Sergio Vargas, Fernando Villalona, Manny Cruz, Rafa Rosario, Milly Quezada, Jossie Esteban, Eddy Herrera, entre otros, dijeron sentirse más que agradecidos por haber recibido el apoyo del Caballo Mayor, a quien definieron como su papá en el ámbito de la música.

Vida familiar

El merenguero estuvo casado por 50 años con Nelly Josefina Flores, su adorada Fifa, que en una de las tantas entrevistas en las que participaron juntos, dijo: «Él tiene sus defectos como todo ser humano, pero verdaderamente él tiene sus atributos. Él es un buen padre, esposo y fue buen hijo».

Indicó que la clave que la mantuvo tantos años junto al «único negro que bota miel por los poros» fueron el amor, comprensión y estar atentos hasta de las menores cositas.

Al despedirse de su esposo en el cementerio, Fifa agradeció el respaldo de la ciudadanía, no sin antes afirmar que Johnny le hizo vivir los momentos más felices de su vida y exhortó a sus hijos a seguir el ejemplo de su padre.

Jandy Ventura, uno de sus siete hijos y quien siempre estuvo a su lado, hasta en los peores momentos que vivió, dijo que su padre fue su mejor amigo y consejero.

Además, se comprometió a seguir realizando las buenas acciones que hizo el más destacado merenguero dominicano.

Trascendencia

La trascendencia de la muerte de Johnny Ventura acaparó los titulares de los periódicos Le Monde, de Francia; la revista Rolling Stone, la plataforma de música Tidal, el medio de comunicación estadounidense, The New York Times, que lo declaró el Elvis Presley del Merengue, así como el gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierlouisi, quien sostuvo que «la música tropical pierde una estrella”.

También, la Unesco abrió un libro de condolencias en homenaje al merenguero. Asimismo, la Embajada de Estados Unidos en el país envío un mensaje de condolencias.

Tal como dice uno de sus merengues, en el que pide que cuando muriera quería que lo enterraran con la música de su orquesta, su hijo Jandy le interpretó varios de sus temas, incluyendo La agarradera, que era el tema con el que despedía sus espectáculos.

Datos biográficos 

Juan de Dios Ventura Soriano, nació el 8 de marzo de 1940. Fue un destacado artista y político, defensor de la Constitución y la democracia de República Dominicana, que llevó su música e ideales por el mundo.

Johnny, como popularmente le llamaban, fue condecorado por el Congreso dominicano como el merenguero del siglo y fue el primer artista dominicano en ser invitado a la toma de posesión de un presidente norteamericano, ya que en el 1974 estuvo en el acto de investidura del expresidente Jimmy Carter.

Aunque quiso ser arquitecto, sus recursos económicos impidieron que fuera a la universidad en ese momento, pero más tarde, luego de estudiar mecanografía y famoso como artista y político, se graduó summa cum laude de la carrera de Derecho en la Universidad de la Tercera Edad, en Santo Domingo.

Su discografía la conforman 105 producciones, siendo el artista dominicano más prolífico en ese sentido, y cuyas grabaciones han sido premiadas con 28 Discos de Oro, dos de Platino, un Grammy Latino en 2004 y un Grammy a la Excelencia por su trayectoria en 2006.

En la ciudad de Miami fue el rey de la Calle 8 en 1987; en los carnavales de Barranquilla, Colombia, ganó 4 Congos de Oro y fue el primer dominicano en obtener la Antorcha de Plata que otorga el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, en Chile.

Ha sido considerado como el Padre del Merengue Moderno, La Alegría del País, El Merenguero del Siglo, La Leyenda Viva del Merengue, La Industria Nacional de La Alegría, El Caballo Mayor, El Señor del Merengue o El Hijo del Pueblo.

Los restos mortales del Hijo del Pueblo descansan en el Cementerio Cristo Redentor, donde el expresidente Fernández y entrañable amigo de Ventura, al leer el panegírico, resaltó la grandeza y dimensión de la figura del artista y político.

Dijo que ese último adiós al artista es la manifestación más profunda de amor de los dominicanos.

El expresidente dijo que por su trayectoria, la Unesco declaró el merengue Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

«Ha sido un hombre que se ha concebido como un símbolo de la dominicanidad», señaló.

«El cielo lloró, se desesperó», aunque la lluvia caía, la gente se mantuvo firme, desplazándose a pie, en motocicletas y en vehículos hacia el camposanto.

Ya en la tierra cumpliste la tarea que Dios te encomendó, vete ahora al cielo a formar parte de los ángeles celestiales.

Descansa en paz, Johnny alegría, Johnny pueblo, Johnny merengue, porque dejas a República Dominicana con tu más preciado tesoro, tu música.