Santo Domingo, República Dominicana.- Ese proyecto, esa propuesta o esa decisión que estás a punto de tomar, si con ella sientes paz, estás por elegir lo correcto.
Por el contrario, si algo que se aproxima, desde un principio te provoca angustia, ansiedad o incomodidad, entonces no es lo que tu corazón desea. Sería el momento de replantearte todo de nuevo.
No se trata de que todo será color de rosa, pero si sientes buena corazonada, la posibilidad de que logres el éxito es mayor que cuando te invaden emociones inquietantes, ya que en aquello que te vas a involucrar pondrás toda la energía y esfuerzo que amerite.
En el camino muchas cosas pueden cambiar o no salir bien, pero el luchar por lo que quieres deja el buen sabor de haberlo intentado, tal como dice un viejo refrán: es mejor fracasar por obtener el triunfo, que dejar de triunfar por temor a fracasar.
En la vida muchas veces actuamos para complacer a terceros, para corresponder a las expectativas que los demás tienen de nosotros, por patrones heredados o por compromisos, en fin, por tantas ataduras que tenemos no decidimos por convicción propia, entendemos que si vamos por un camino diferente al que los otros quieren, estaríamos traicionándoles.
Vinculadas a la felicidad
Cada día nos enfrentamos a decenas de decisiones; muchas de ellas son de impacto mínimo, pero otras trascienden la propia existencia y son estrechamente vinculantes con la felicidad.
Cuando un joven va a elegir la carrera que estudiará, es vital que sea fiel a sí mismo. Esa será la profesión que le acompañará toda su vida. Si no es lo que realmente le gusta, no será una persona feliz. Jamás dirá que el trabajo para él es una diversión, expresión que suelen decir aquellas personas que trabajan en lo que les apasiona.
Ni hablar de elegir pareja, esta es una de las decisiones más importantes de un ser humano. Convivir con alguien con quien no se siente a gusto se convierte en un drama. Un ambiente de inestabilidad e incomprensión podrían ser parte de los resultados.
Si al momento de tomar una decisión sientes paz, estás eligiendo lo correcto, no obstante, ese sentimiento por sí solo no garantiza el éxito, pero al menos es un buen indicador. Para la toma de decisiones también hay otros factores que merecen ser analizados desde la razón, tales como riesgo, inversión, beneficios, según sea el caso.
Analiza a futuro
No tomes nada a la ligera y analiza bien, incluso puedes valorar la situación con una perspectiva a futuro, por ejemplo, valora si en uno o dos años o el tiempo que entiendas, te sentirás bien con lo que estás por decidir.
Por otro lado, puede que algún proyecto que toque tu puerta sea muy bueno, pero probablemente no sea el de tus sueños, en ese caso también hay que pensar bien antes de decidir porque no siempre se rechaza algo porque sea malo, puede ser beneficioso, pero no es lo que realmente se quiera.
Por ejemplo, si se presenta una beca muy importante para estudiar medicina fuera del país, pero por tus venas pasa el desarrollo de software, de seguro esa beca no es lo que más te agradaría.
Entre la razón y el corazón
Un estudio titulado Entre la razón y el corazón, de la Universidad de Salamanca, España, indica que los marcadores somáticos nos permiten dar entidad a la emoción como guía de nuestras decisiones.
Antes de tomar una decisión se presenta una “sensación” que ayuda a decidir que opción será más beneficiosa, esa intuición se genera a partir de situaciones similares acontecidas en el pasado y de su conexión, no siempre de manera consciente, con las consecuencias que nos depararon y que ahora afloran para “advertir” qué camino seguir, pero no siempre es fiable esa advertencia.
Sin embargo, el estudio resalta que quizá esto hace la vida interesante ya que convierte al ser humano en dueño de su propio destino, capaz de equivocarse y, aun con todo, seguir adelante y mantener la esperanza.