Santo Domingo, República Dominicana.- Muchos añoran aquellos tiempos, cuando el 16 de agosto, día de la Restauración, pasaban por su calle los diablos cojuelos y les caían atrás varios niños, hasta que estos se devolvían y les daban unos cuantos vejigazos.

Con eso le subía la bilirrubina a los pequeñines y se le hinchaba el corazoncito de alegría cuando llegaba un «robalagallina» y comenzaban a cantar a todo pulmón: «roba la gallina, palo con ella».

Las esquinas estaban repletas de personas en todo el trayecto.

También, cuando iban a un colmado y decían: “el mejor colmado, el de aquí, el que vende barato, el de aquí» y se ganaban sus golosinas. Con Califé, igual. Ese coro: Califé, Califé…

Para observarlos estaban los que se vestían de taínos y los negritos, que se pintaban con aceite quemado.

Aún hoy siguen esas tradiciones en diferentes barrios de la capital, pero con otra modalidad. Lo más importante es que se mantiene ese amor por las tradiciones y, de generación en generación, continúa el carnaval en muchos barrios dominicanos.

En la actualidad existe lo que llaman “Los años dorados del carnaval”, para evocar esos años 70 y 80. Hoy mucho más que siempre se visten de Diablos Cojuelo.

Hay aproximadamente 112 comparsas en el Distrito Nacional y su personal participa en las caminatas y recorridos de «Los Años Dorados», pero libres, aunque participen juntos, mezclan todos.

Entre los que más participan están Villa Consuelo, Villas Agrícolas, Villa Juana, Villa Francisca, Villa Duarte, Herrera, San Carlos, Cristo Rey, Espaillat, La Fe y Gualey.

Carlos José Hernández (Leco) tiene 31 años cosiendo trajes de Diablos Cojuelos.

Carlos José Hernández (Leco), sastre, lleva más de 31 años encargado de hacer casi todos los trajes de diablos cojuelos.

Explica que se llevan alrededor de nueve yardas de telas. Las más usadas son satín, terciopelo y lame. Según la calidad y la cantidad de accesorios, afirma que el traje puede requerir una inversión de alrededor de 8, 15 o 25 mil pesos.

La celebración de la Restauración dura un mes. Se desfila cada domingo por un barrio diferente, pero el último domingo y el 16 de agosto desfilan juntos todos los barrios de la capital.

La ventaja de estos desfiles es que puedes participar y disfrutar desde la puerta de tu hogar, si tienes la suerte de vivir en uno de esos sectores. Todos pueden participar, anímate a darte un baño de pueblo, el próximo año.