Santo Domingo, República Dominicana.- Todo cambio en salud mental inicia por sentar las bases de unos sistemas y servicios que funcionen bien, con un efoque dirigido a la salud mental comunitaria y el respeto a los derechos humanos, de acuerdo al doctor Ángel Almánzar.

Entiende asimismo, que esa transformación debe ser liderada por el Gobierno, con el presidente a la cabeza.

Consiera además que se hace necesaria una nueva ley de salud mental que satisfaga las expectativas del compromiso político y el marco legal, tarea que corresponde a los diputados y senadores de la República.

Almánzar hace sus planteamientos en el contenido de un artículo escrito para el diario digital Acento, en el que ve propicio el “Día Mundial de la Salud Mental”, 10 de octubre, para revisar algunas de las tareas pendientes que como nación tiene República Dominicana en relación a la salud mental.


Doctor Ángel Almánzar.

Una de ellas, refiere, es la falta de concienciación pública de la sociedad en torno a la persona con una condición mental, exhortando a ver a la persona por encima de la enfermedad, lo que llevaría a valorar los múltiples y singulares recursos que brotan para producir cambios.


«Es una tarea que como ciudadanos debemos darnos, para ser solidarios y alejar a la discriminación como fuente de exclusión social», expresó.

Está convencido de que si se logra aumentar la conciencia en torno a los problemas que la rodean y se consigue movilizar los esfuerzos en apoyo de la misma, se estaría contribuyendo a mejorar la salud emocional de algún allegado y de la economía nacional.

En relación al compromiso señalado con la nueva ley de salud mental, explica que este compromiso abarca enfoque institucional idóneo para abordar la problemática y el presupuestario que permita hacer frente a la planificación.

«Nuestros legisladores deben enterarse que la carga psiquiátrica recae en los familiares, en el propio paciente y en algunos colaboradores comunitarios que no forman parte del engranaje sanitario, en donde la participación del sector salud en la provisión de servicios adecuados es mínima y a veces de mala calidad, haciendo pesimista el horizonte», enfatizó el ex director de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública.

A su juicio, corresponde al Gobierno con el presidente a la cabeza, asumir un dominio transformacional inequívoco y contundente.

«Sin esa visión y compromiso esta búsqueda del bien social en torno a las enfermedades psiquiátricas, que son tremendamente mal comprendidas a la vez que muy difíciles de tratar, se quedaría corta. El ciudadano presidente debe saber que los trastornos mentales son una carga muy pesada para las familias, en lo económico y en lo emocional. Debe enterarse que hasta el 85% de los pacientes con casos psiquiátricos severos no reciben tratamiento y no tenemos capacidades instaladas para dar respuesta a este drama social y humano».

Ángel Almánzar también llamó al Ministerio de Salud y al Servicio Nacional de Salud a asumir su rol de liderazgo y plantear el enfoque de lo que se quiere como política pública en torno a la salud mental.

Sin sus aportes el legislador no podrá aprobar lo que nuestra población se merece para prevenir y dar los servicios adecuados. Ambas instancias deben entender que hay una necesidad urgente de transformación de la salud mental desde un enfoque multisectorial, que tienen que trabajar en dicha transformación tanto en el enfoque como en los servicios y en el respeto a los derechos de las personas, advirtió el profesional de la salud.